Pequeño acercamiento al racismo contra la raza negra a través de la literatura
La lectura de la novela del inglés Tom Sharpe Reunión tumultuosa, me incitó a acercarme a la mente de un blanco para intentar descubrir sus sentimientos y reacciones frente a diferentes expresiones de racismo, en este caso hacia los negros, aunque sin duda podría manifestarse de la misma manera en relación a otras razas o comunidades.
Mi interés lo despertaron las reacciones descubiertas a mi alrededor después de la lectura de la novela. Lo más sorprendente resultó ser la igual cantidad de amantes del libro como de detractores. Unos admiraban el humor y el sarcasmo del escritor en su crítica del Apartheid sudafricano, y otros temían que los negros se sintiesen ofendidos por las expresiones utilizadas para la crítica. Recordemos que Tom Sharpe se instaló en Sudáfrica en mil novecientos ochenta y nueve donde enseñó en un internado para niños blancos, pero en su tiempo libre realizaba trabajos sociales en una de las provincias sudafricanas, en plena Zululandia; también tomaba fotos en los barrios periféricos cuyos negativos, en su mayor parte, fueron destruidos por el régimen. Escribió teatro contra el Apartheid y terminó encarcelado; después, regresó a Inglaterra donde enseñó en Cambridge. Su primera novela fue Reunión tumultuosa, publicada en mil novecientos setenta y ocho; posteriormente recibió el Gran Premio del Humor Negro en mil novecientos ochenta y seis. Finalmente, se instaló en la Costa Brava donde murió en mil novecientos quince.
No podemos continuar sin recordar que Reunión tumultuosa es la historia de la señorita Hazenstone y de su hermano obispo, residentes en la finca Jacaranda Park. La señorita Hazenstone llama a la policía porque acaba de matar a su cocinero negro con el que mantenía una relación sexual desde hacía ocho años. A partir de ese momento, los acontecimientos se aceleran de tal forma que, siendo extremadamente exagerados y satíricos, es imposible tomarlos en serio, como es el caso de los oficiales de policía, a cuál más pintoresco y brutal. Los excesos deberían ayudar a vislumbrar cómo era la vida y el Apartheid, una vida rigurosa, tiránica y violenta.
Terminada la lectura, me pregunté si la literatura en la que se habla del Apartheid de forma dramática conmueve más los espíritus y las mentes blancas. Por ello, me aventuré en la lectura de De madre a madre, de la escritora sudafricana Sindiwe Sagona, quien vivía precisamente en el suburbio escenario de los hechos. Fue madre soltera abandonada por su marido, y sirvienta en casa de los blancos; seguía los cursos nocturnos y consiguió una beca para estudiar magisterio; a partir de ahí, su carrera fue in crescendo. Esta novela está basada en un hecho real sucedido el veinticinco de agosto de mil novecientos noventa y tres, en el que unos jóvenes negros asesinaron a una estudiante blanca americana en un suburbio negro a veinte kilómetros de Ciudad del Cabo. El acontecimiento está ambientado en los años noventa en los que la transición política resultó extremadamente violenta y ya se trabajaba en la redacción de una nueva Constitución; Mandela había sido liberado y negociaba con Leklerk las condiciones de las elecciones celebradas en mil novecientos noventa y cuatro, que le llevaron a ser el primer presidente negro de Sudáfrica.
En aquellos años en los que el Apartheid continuaba vigente, los estudiantes habían abandonado los estudios y seguían el rastro del movimiento del despertar de la conciencia negra creado en los años setenta por Esteven Biko; éste había sido detenido el diecisiete de agosto de mil novecientos setenta y siete y murió después de tres días de interrogatorios, torturas y palizas. Los estudiantes se manifestaban al ritmo de la danza de guerra toyi-toyi y al grito de "un blanco, una bala".
Éste es el marco en el que Sindiwe Magona establece la autoría del asesinato en un único culpable, y toma la identidad de la madre del asesino para escribir una carta ficticia a la madre de Amy en un intento de unir sus sufrimientos y hallar algo de solidaridad entre ellas. Por medio de la carta, tomamos conocimiento de la terrible situación en la que viven los negros en el township Gugulethu, los desplazamientos forzosos sin consideración por la separación de las familias, las relaciones sociales, las costumbres y tradiciones, la instalación en barrios cuyas casas carecen de las condiciones necesarias para una vida digna, la imposibilidad de tener móviles o televisores en casa, los niños y jóvenes sin trabajo ni perspectivas de futuro vagando por el suburbio presas fáciles de la violencia dentro de la comunidad, las drogas, las violaciones individuales y grupales, o los apedreamientos de coches; las duras condiciones de las madres solteras o abandonadas por los maridos; los trabajos de toda la jornada infravalorados e infrarremunerados; el abandono de los niños durante todo el día sin que los padres sepan si van a la escuela o no, o abandonados durante el fin de semana porque las madres deben prolongar su trabajo debido a una urgencia de sus patronos blancos, sin la posibilidad de avisarlos o dejarles comida, o los frecuentes asaltos de la policía. Éstas son las condiciones en las que la joven Amy aparece en Gugulethu con el resultado de que su coche es apedreado y ella, apuñalada. La madre negra hace de su hijo un ejemplo, una nueva víctima del Aparheid sin el cual su hijo no habría tenido ningún problema. Magona construye una historia que nos adentra en la cultura Xsosi, la Historia del país y las terribles condiciones de la vida impuestas por el régimen del Aparheid.
En tercer lugar, me encontré frente a Tim Morrison, escritora estadounidense premio Nobel de literatura en mil novecientos noventa y tres. Influenciada por el realismo social de Jane Austen, León Tolstoi, los elementos mágicos de los cuentos africanos contados por sus padres, y la literatura de William Faulkner, construyó un mundo literario en el que la descripción y evolución de la sociedad, los elementos mágicos, las historias retrospectivas, y la búsqueda de la conciencia colectiva negra y afroamericana ejercen una atracción enérgica en el lector. En su estilo literario encontramos violencia, sensibilidad, observación y psicología; en sus novelas es frecuente la presencia de varias personas que alteran la cronología y repiten las mismas escenas desde puntos de vista diferentes.
Hablaré de su novela Beloved comparándola con el origen y las condiciones del mercado de esclavos en Europa, principalmente en la península Ibérica. No olvidemos que entre el siglo XVI y el XIX, se transportaron doce millones de africanos al Nuevo Mundo y el cincuenta y cinco por ciento de ellos, fueron transportados en navíos procedentes de las potencias ibéricas, España y Portugal.
La defensa que Fray Bartolomé de las Casas hizo de los indígenas americanos, así como de sus derechos humanos y sociales, provocó la búsqueda de nueva mano de obra barata en África. Este comercio y el uso de negros como simples mercancías, será aún más brutal que el Apartheid sudafricano.
El trabajo civilizatorio se llevaba a cabo a través del bautismo y la imposición de un nuevo nombre diferente del originario de cada esclavo. En la novela, tampoco los negros tienen un nombre propio, tal como le sucedió a Baby Suggs. Mr y Mrs Garner la llamaban Jenny porque el nombre que figuraba en su etiqueta de venta era el de Jenny Hitlow, el de sus antiguos dueños, pero ella prefería el de Baby porque así era como la llamaba su marido.
El viaje en barco desde África era inhumano, pues acomodaban el máximo número posible de esclavos encadenados en la bodega sin medios higiénicos, expuestos a numerosas enfermedades y acompañados de los que morían cada día antes de que fueran tirados por la borda. Debemos imaginar que el hedor de aquel lugar, y las condiciones del viaje obligaban a que una vez llegados a América, se les dejase un tiempo prudencial en algún lugar para que se recuperasen del viaje antes de venderlos.
Es lo que le sucedió a la madre de Seth. Seth apenas la conocía, porque una niña de ocho años cuidaba de los pequeños y fue ella quien se la señaló: sólo estuvo con ella un par de veces y la última vez que la vio, estaba ahorcada. Seth había olvidado el lenguaje originario de su madre, pero sabía que había llegado por el mar sufriendo numerosísimos abusos de la tripulación; arrojaron a todos sus bebés, menos a Seth, a la que dio el nombre de su padre cuando llegaron. Intentó huir varias veces y por ello, cada vez le ponían el hierro en la boca, el resultado fue que cuando no lo tenía, parecía que siempre estaba riendo.
Al principio de esta novela, el presente aparece como algo incomprensible porque nos falta la información necesaria para entender. Los personajes parecen no querer indagar en el pasado, que se va desgranando al filo de los personajes y sus visiones personales. Asistimos a un relato cuyas imágenes potentes, cautivan al lector. Éste, por su parte, se ve introducido en ese mundo espiritual y paralelo que le acompaña desde el primer capítulo. Durante la esclavitud, los personajes tanto hombres como mujeres, son susceptibles de ser ahorcados, ganados, prestados, comprados, devueltos, conservados, hipotecados, robados o arrestados.
Beloved es una novela con dos espacios vitales paralelos, que recuerdan a Pedro Páramo de Juan Rulfo: uno rige el presente, y el segundo maneja el pasado. El primero se sitúa en el número 124 de Bluestone Road en Cincinnati, Ohio. El segundo se encuentra en kentuky y se trata de una granja llamada Sweet Home. Existe un tercer lugar desconocido del que proceden Baby Suggs y Seth. Nos encontramos ante diversos personajes llegados de la misma granja; todos vivieron experiencias similares, pero las narran según sus propias visiones, tal como las recuerdan.
En España, fue Felipe II, quien estableció los precios y tributos de los esclavos, los cosificó y se los asimiló a animales domésticos. Se legalizó la esclavitud y desde su llegada a América, eran medidos para el establecimiento del precio, y marcados al rojo vivo con la marca real para los destinados a las fábricas reales. Carlos III fue el mayor propietario de esclavos con unos veinte mil en el servicio doméstico de la Corte, en las minas de España y Cuba, en la construcción de las fortificaciones de la Habana, Colombia, Perú, Ecuador y Chile
Por supuesto, como en todo el territorio nacional, en Madrid se compraban esclavos para mostrar el estatus social, incluida la Iglesia. Los esclavos eran marcados por los propietarios varias veces si cambiaban de dueño: en la espalda, el pecho, los brazos o las mejillas. Si intentaban huir, la primera vez se les marcaba en la oreja; por el segundo intento, se les marcaba una pierna o eran desjarretados. En las ciudades disfrutaban de mejor trato, pero, aun así, sus jornadas de trabajo iban de sol a sol. Si infringían las normas, eran duramente corregidos, hasta 200 azotes los hombres y 100 las mujeres, o se les exhibía en cepos. Finalmente, si resultaban incorregibles, eran entregados a la justicia, por lo que iban a la cárcel, a trabajos forzados o a galeras, donde morían pocos años después.
Paul D Garner es el último hombre de Sweet Home, pues sus dos medios hermanos: Paul A, Garner y Paul F Garner fueron vendidos, y el tercero, Sixo, formó parte de una huida colectiva y atrapado junto a Paul D; lo ataron a un árbol y encendieron un fuego a sus pies en el que murió abrsado, pero sin dejar de cantar, como única forma de reivindicación de su rebeldía y de su identidad de hombre. Paul D también formaba parte de la huida y cuando fue atrapado, le pusieron grilletes en los pies y una collera con tres puntas para que no pudiera tumbarse, le encadenaron los pies entre sí, le colocaron un freno en la boca como a los caballos, y le ataron las manos a la espalda. Después le ataron a un potro y le llevaron a Georgia donde encerraban a los esclavos en una caja de madera debajo de la tierra encadenados entre sí para que no pudieran escaparse.
En América también se les utilizaba en las plantaciones azucareras, y debido a sus condiciones de vida hubo muchos intentos de huida y de rebelión, como sucedió en Haití. Los esclavos podían ser vendidos, regalados o cedidos. Las mujeres eran fruto de abusos de sus amos o se las utilizaba para la reproducción de nuevos esclavos; sus hijos eran vendidos incluso antes de haber nacido.
Baby Suggs tuvo 8 hijos de padres diferentes en la granja anterior a Sweet Home, vendieron a sus hijas siendo aún pequeñas y no pudo despedirse de ellas; después debió fornicar con el patrón durante cuatro meses para poder quedarse con su tercer hijo, sin embargo, cuando llegó la primavera, el patrón lo cambió por madera. Sólo le permitieron quedarse con el último, Halle. Siendo ya mayor, Baby Suggs se lesionó la cadera, por lo que la vendieron junto a Halle; ella fue más barata debido a su lesión. Baby Suggs cuenta que, en muchas granjas, se utilizaba a las mujeres para criar a nuevos esclavos porque a los hombres negros los habían convertido en sementales; en Carolina, prestaban a las esclavas negras sólo para sexo.
Seth vivía tranquilamente con sus hijos en casa de su suegra Baby Suggs, hasta que Maestro la encontró y quiso llevársela de regreso a Sweet Home junto con sus hijos. Seth no lo consintió y tuvo que ir a la cárcel con Denver, su hija recién nacida, a la que estaba amamantando
Los esclavos solo podían ser libres si se cumplían tres tipos de condiciones: Primero, si su amo los libertaba; segundo, por buena conducta o acciones heroicas en las guerras, aunque esto se olvidaba con frecuencia, por ejemplo, en la Guerra de Secesión de EEUU; y tercero, trabajando fuera de la hacienda de su amo para poder pagar su libertad.
Halle estuvo trabajando los domingos durante diez años antes de poder pagar la deuda de su madre, Baby Suggs, y ser libre después de sesenta años de esclavitud. Paul D estuvo en la cárcel durante la Guerra de Secesión y cuando ésta terminó, decidió ir a casa de Baby Suggs; debió ir a pie por el interior del país evitando las grandes vías de comunicación; en su camino se encontró con muchas personas e incluso con familias enteras vagando, buscando familiares o recomendaciones, o huyendo de las deudas; hambrientos, cansados, viviendo escondidos en las cuevas, comiendo la comida de los cerdos, durmiendo en los árboles de día, caminando de noche, huyendo de los atacantes, buscadores de cabezas, montañeses, y juerguistas
Los esclavos libertos rara vez abandonaban la casa de sus amos donde continuaban trabajando como criados debido a su falta de medios económicos y la imposibilidad de integrarse en la sociedad trabajando, puesto que casi nadie les daba trabajo; algunos consiguieron abrir un pequeño taller con el que subsistir, pero la mayoría se declaraba en la más absoluta pobreza para que se les enterrara de caridad en los cementerios anejos a las iglesias.
Cincinnati parece una excepción, puesto que es una ciudad cuyo barrio negro está poblado por esclavos libertos, la mayoría trabaja en el matadero de cerdos, en el servicio doméstico o en pequeños trabajos que les permite vivir, como Baby Suggs, que arregla y hace zapatos, o Seth que trabaja en la cocina de un restaurante de comida rápida. El 124 de Bluestone Road, la última casa de la calle, es la casa que Mr Garner alquiló a los hermanos Bodwin para que Baby Suggs se instalara cuando fue libertada. Ella solía decir que después de sesenta o setenta años de esclavitud, todos los miembros de su cuerpo estaban rotos y sólo le quedaba el corazón, así que se dedicaba a amar y a ayudar a los demás; predicaba, sin ser miembro de la iglesia, en el patio trasero de su casa y siempre había gente allí; hacían comidas y reuniones, y celebraron por todo lo alto la llegada de Seth con su bebé. Desgraciadamente, veintiocho días después, Maestro llegó y quiso llevarse a Seth y a sus hijos, pero ella no lo consintió y fue encarcelada junto a su bebé al que estaba amamantando. Tras el encarcelamiento de Seth, Baby Suggs abandonó la lucha contra la maldad del espíritu, desaparecieron todos los colores y agotada, se acostó hasta que murió.
Después de estos acontecimientos, nadie más visitó la casa, desapareció la alegría. Antes de morir, Baby Suggs pronunció la frase: "En el mundo no hay mala suerte sino blancos". Denver creció sin salir casi nunca de casa, por lo que no conocía el mundo exterior. Solo Seth salía para ir a trabajar cada mañana. Las tres mujeres vivían con un fantasma gruñón y loco, pero no peligroso. Todo el mundo sabía que había un misterio en la familia, pero nadie quería hablar de él. El equilibrio lo rompió la llegada de Paul D, dieciocho años después de la huida y después de la Guerra de Secesión; entonces reaparecieron los colores en la casa. Pronto concibió la idea de crear una familia con Seth y Denver; fue en ese momento cuando desapareció la fuerte presencia que siempre había vivido con ellas, pero llegó una joven extraña; se instaló con ellas y parecía empeñada en echar a Paul D de la casa.
Con la convivencia aparecieron detalles con los que Denver reconoció a su hermana y Seth a su hija Beloved. Más tarde, Denver comprenderá que Beloved está agotando a Seth y que incluso podría querer matarla, así pues, se decide a salir de casa y buscar trabajo para ayudarla. En esta novela, como en otras, Tim Morrison ofrece un final abierto para que el lector imagine la continuación, o la conclusión final.
La lectura de estas tres novelas me produjo diferentes reacciones. La primera provocó un efecto relativamente intelectual en el sentido de que me permitió razonar los hechos y situarlos en la historia, dentro de los conocimientos que yo había adquirido anteriormente sobre el Apartheid, pero también me provocó tristeza e indignación por hechos inadmisibles desde el punto de vista humano.
La segunda novela tuvo un efecto diferente, pues me hizo acercarme a los hechos históricos a través de vivencias reales, verlos desde la distancia y con una perspectiva de observador. A diferencia de la novela de Sharpe, me produjo un sentimiento de rebeldía ante el tratamiento de un colectivo humano ejercido sobre otro colectivo humano; también me provocó incomprensión hacia este tipo de comportamientos y ante la indiferencia del sufrimiento del colectivo sometido.
La novela de Tim Morrisson tuvo un efecto completamente diferente. Esta escritora consiguió introducirme dentro de la vida de los esclavos y sentirme como ellos, sentir su sufrimiento, su denigración al estado de animales y a su tratamiento como tales, peor aún, a la suposición de su falta de sentimientos. Me resulta muy difícil asimilar el que a las esclavas se las destinaba a la cría de nuevos esclavos y sólo se les permitiera quedarse con el último hijo para que lo criasen, de la misma forma que muchos propietarios de animales, o de mascotas, permiten que las madres críen a un único cachorro para que no enfermen o para que no se les corte la leche.
Esta equiparación con los animales me resultó insoportable, pero también me creó la obsesión de saber más, de leer más, hasta el punto de comprender que el interés se acercaba al morbo insano psicológicamente. Entonces tuve que detenerme, serenar mi mente y comenzar a pensar.
Siempre he estado en contra de los abusos y las discriminaciones, pero tampoco puedo ignorar que mi relación y reacciones hacia las colectividades y razas diferentes de la blanca eran más bien como las provocadas por la novela de Tom Sharpe, intelectuales y dentro de una visión exterior completada con un atisbo de superioridad, como si en nuestro interior mantuviéramos prejuicios implícitos que se expresan en relación con la mayoría de las personas consideradas diferentes racial, social, sexual o religiosamente hablando. No me extrañaría que existiera algo de verdad en dichas expresiones, puesto que personas como James Watson, premio Nobel de Fisiología en mil novecientos sesenta y dos, define a los no blancos de formas cuanto menos pintorescas, por ejemplo, los judíos son inteligentes y los chinos son inteligentes pero no creativos; en cuanto a los negros, en dos mil siete aún mantenía que hay personas que piensan que los blancos y los negros son iguales, pero que, en realidad, la diferencia en el coeficiente intelectual medio entre negros y blancos se debe a la genética. A pesar de tales afirmaciones, él no se consideraba racista.
Dichas ideas me llevaron a preguntarme la razón por la que existe un enorme colectivo dedicado a la salvación, defensa y ayuda de los desfavorecidos en el mundo. En ningún momento pongo en duda el deseo de ayudar y de rebelarse contra las injusticias, sin embargo, me pregunto si no existe una razón profunda o inconsciente que hace que nos sintamos superiores ayudando a seres, que consideramos en cierto modo inferiores o menores, como niños. Es cierto que cada vez más, el mundo del humanitarismo se tecnifica y se especializa, por lo que se necesitan conocimientos específicos para ayudar más allá de una temporada corta, pero también parece existir una cierta dosis de romanticismo a través de la solidaridad o de conocer culturas diferentes, de la sensibilidad al sentimiento, de experimentar el sentirse protagonistas de su propias vida, olvidar algún fracaso, dar un giro a su vida, o por la imagen heroica del humanitarismo que lleva a muchos jóvenes a dedicarle una etapa de sus vidas. A esto se añade el hecho de que un gran número de médicos abandona después de la primera misión y prefieren regresar a sus lugares de origen.
Hablando de Estados Unidos Tim Morrisson parece mantener que la identidad blanca se construye por y con la presencia del negro; el blanco dominante se ha construido desde la dominación del negro y a pesar de que ha pasado mucho tiempo desde la época de la esclavitud, existen dos comunidades divergentes, una es la comunidad blanca cristiana, que se desarrolla paralelamente a la comunidad negra; ésta a su vez, continúa siendo y desarrollándose de forma paralela, quizá manteniendo su sentimiento de victimismo, pero siempre en referencia a la comunidad blanca.
Antes de leer a esta escritora, no comprendía la razón por la que los negros estadounidenses se reclaman como afroamericanos y no americanos igual que los blancos, si bien en la actualidad existe este debate y diversos colectivos reclaman definirse como americanos y no como afroamericanos. En cualquier caso, ahora creo comprenderlo; los negros, por supuesto, son americanos de pleno derecho pues han nacido, crecido y envejecido allí, pero también son herederos de un origen africano, un pasado, una cultura y un sentir propios, en gran medida, marginado. En el mismo momento de su captura en África, se les impuso un proceso de des culturalización para desarraigarlos cultural, económica, política y socialmente con vistas a evitar su resistencia y rebeliones; esto no se consiguió completamente puesto que hubo muchas rebeliones. Desde el primer momento desarrollaron las estrategias necesarias para poder vivir individual y colectivamente, iniciaron la creación de elementos culturales propios acompañados de solidaridad entre grupos, comunidades, o entre todos. También los blancos tienen un origen, historia y cultura europea, pero se rebelaron contra ella y se independizaron de Europa, de su historia y de su cultura; desarrollaron su propia idiosincrasia y convirtieron su singularidad en la mentalidad blanca americana dominante, desarrollándose en paralelo a sus esclavos, o en la actualidad, sus antiguos esclavos, a pesar de reivindicar igualmente sus orígenes italianos, irlandeses, u otros.
Tim Morrisson también trata este tema en literatura y dice: " (...) Se trata de investigar cómo se construyó en Estados Unidos una presencia o persona no blanca, de aspecto africano (o "africanista") y así mismo de estudiar los usos que se le dio a esta presencia construida. (...) Utilizo el término" africanismo" para referirme a la negritud denotativa y connotativa que han llegado a representar las personas africanas, así como de toda la gama de opiniones, supuestos, lecturas y falsas interpretaciones que acompañan al conocimiento eurocéntrico de esas personas (...). Entre los europeos y los europeizados, este proceso de exclusión compartido - de asignar un nombre y un valor- ha conducido a la idea, tanto popular como académica, de que el racismo es un fenómeno "natural", aunque no por ello deje de ser fastidioso. ( Jugando en la oscuridad". Ed. de Oriente y del Mediterráneo. P. 27,8).
Hace tanto tiempo que existe la esclavitud y el racismo en el mundo, que sería imposible afirmar cuándo comenzó. Los esclavos y mercados de esclavos han estado muy presentes a lo largo de la Historia. A menudo era el resultado de las guerras en las que los vencido, independientemente de su clase social, engrosaban el comercio; reyes, príncipes y militares se convertían de la noche a la mañana en esclavos; las mujeres eran violadas y destinadas a la prostitución, o se convertían en amantes o concubinas. Hubo épocas en las que cualquier ciudadano rico, o pobre, era susceptible de convertirse en esclavo debido a deudas no pagadas, a rivalidades, o simplemente al rapto de mujeres. En pleno siglo veintiuno, continúa siendo un tema sensible que conduce a discusiones acaloradas. Los escritores lo tratan mostrándonos su posicionamiento al mismo tiempo que nos ofrecen su visión y sensibilidad dentro del mundo en el que vivimos. Tres escritores y tres novelas no dejan de ser una percepción mínima y personal de la autora de este comentario dentro del planeta y la humanidad en la que estamos todos incluidos.
Benito Pérez Galdós
Hace algunos días, leí que Mario Vargas Llosa había aprovechado estos últimos años de pandemia para leer la práctica totalidad de las obras de Benito Pérez Galdós. De sus lecturas nació un libro titulado "La mirada quieta (de Pérez Galdós)", así como el despiece de este libro por el escritor canario Juan Jesús Armas Marcelo.
En mi condición de modesta lectora, que no conoce sino una ínfima parte de la obra de este prolífico escritor inspirador de Almudena Grandes para sus "Episodios de una guerra interminable", me limitaré a hablar de él a través de algunas de sus obras, que no incluyen a las grandísimas "Fortunata y Jacinta" ni "Doña Perfecta".
Galdós Llegó a Madrid desde Canarias para estudiar Derecho, y en lugar de ello se dedicó a pasear por la ciudad y a leer principalmente en el Ateneo, donde también conoció a numerosos intelectuales y personalidades, como Francisco Giner de los Ríos o Leopoldo Alas Clarín. Allí leía en francés e inglés las obras de Balzac y de Dickens, o pasaba el tiempo en las tertulias literarias mientras que, contrariamente a lo que debería constituir el grueso de sus actividades, descuidó de tal modo su asistencia a la universidad, que finalmente quedó excluido de la matrícula.
Sus lecturas le llevaron al conocimiento de las teorías literarias del momento en Europa, principalmente el realismo y el naturalismo, y más tarde el espiritualismo con Tolstoi. No tardó en dedicarse a la observación de la sociedad como lo hiciera igualmente Balzac en Francia. Llevaba a cabo sus observaciones paseando por todas las zonas de la ciudad, ricas y pobres, barrios altos y barrios bajos; viajando en la clase más modesta, escuchando las conversaciones, y memorizando sus expresiones y lenguaje, o alojándose en tugurios. Al mismo tiempo, su actividad de periodista le enseñaba el arte de las crónicas que le servirían para sus Episodios Nacionales; también utilizaría los relatos de su padre que, siendo militar, había participado en la Guerra de Independencia. Finalmente, su implicación política le llevó a codearse con los políticos, a aprender el lenguaje parlamentario y la manera de hacer discursos.
Galdós trasladó ese afán de observación a D. Alonso y a Medio Hombre en Cádiz, pues a pesar de ser ya muy mayores para participar en la batalla de Trafalgar, se decidieron a embarcar para estar en primera línea y no perderse nada de lo que sucediera. Los acompaña Gabriel, el paje de D. Alonso que, siendo aún muy niño, fue recogido en Vejer de la Frontera y salvado de la vida miserable que llevaba en Cádiz. Allí comprenderá la crueldad de la guerra y de las batallas, pues los ingleses vencieron debido a su mayoría numérica dejando una gran cantidad de muertos y heridos. Gabriel es el narrador de esta primera novela de los Episodios Nacionales y volveremos a encontrarlo en diversos Episodios. Es él mismo el que nos relata su vida miserable en Cádiz, el transcurso de su vida con D. Alonso y de otros acontecimientos durante las guerras napoleónicas.
Por otro lado, los temas tratados, al ser recurrentes, hacen que la estructura de la sociedad se consolide y que el lector se forme una imagen clara y un mapa de sentimientos, clases, reglas sociales y estamentos vivos y cristalinos. Esto no es nada baladí teniendo en cuenta que el siglo XIX español estuvo plagado de profundos trastornos y conmociones históricas que no ayudaron a la quietud política, social ni económica. Por ejemplo, resulta interesante descubrir la profunda división de mentalidades entre liberales y monárquicos, como el hecho de que gran parte de la población rural y de urbanitas más necesitados prefieran, por ignorancia, mantener las cosas en el orden en el que siempre estuvieron, en lugar de alterar su ritmo de vida habitual.
Las guerras sangraron profundamente a la población, principalmente en el medio rural, ya que debían proveer de víveres a los ejércitos de Napoleón, a los españoles revolucionarios o contrarrevolucionarios y a las guerrillas. Ninguno de ellos se preocupaba ni se responsabilizaba de la miseria que dejaban tras de sí después de los innumerables saqueos y violencias cometidas. No es de extrañar que el Empecinado se hiciera popular entre los campesinos puesto que él prohibía que su ejército se dedicara al saqueo, al enriquecimiento personal y a la violencia gratuita después de las batallas. Esta honradez también provocó traiciones entre los que consideraban que debían obtener provecho económico o ascensos militares, como vemos en "Los 100.000 hijos de San Luis" con Trijueque y Parrueño.
España parece ir a contracorriente en relación a Francia y Europa, pues en el momento en el que en España se instala el liberalismo y se proclama la Constitución de 1812, en Francia existe el autoritarismo, principalmente con Napoleón, quien no duda en invadir la península. Sin embargo, nunca ganará la confianza total de los españoles, puesto que siempre deberá enfrentarse a la resistencia que, poco a poco empujará a los franceses hacia el norte, hasta abandonar España. En 1814 se produce la revolución fernandina con el regreso de Fernando VII, la derogación de la Constitución y la detención de los diputados liberales. En 1820, Riego dirige la sublevación contra el absolutismo y Fernando VII es obligado a jurar la Constitución y a suprimir la Inquisición. Pero en 1823 se asiste a la reacción realista o servil y la nueva Restauración; es entonces cuando en Europa se vive una cierta tendencia liberal moderada y se produce la llegada de los 100.000 hijos de S. Luís, para intentar una monarquía moderada.
Es interesante ver la reflexión que hace Gabriel en "Trafalgar" sobre el inicio de la guerra:"(...) la idea de nacionalidad, (...)sin duda (...) debe de haber hombres muy malos, que son los que arman las guerras para su provecho particular, bien porque son ambiciosos y quieren mandar, bien porque son avaros y anhelan ser ricos. Estos hombres malos son los que engañan a los demás, a todos estos infelices que van a pelear; y para que el engaño sea completo, les impulsan a odiar a otras naciones; siembran la discordia, fomentan la envidia, (...)
La nobleza y la burguesía monárquicas aspiraban, y casi imploraban, alcanzar títulos y prebendas de Napoleón y de su hermano José I. Su deseo de formar parte del nuevo gobierno y del nuevo orden no era motivo de planteamiento de su lealtad, o falta de ella, hacia Fernando VII retenido en Francia, como vemos en "Napoleón en Chamartín", sino la de la ascensión social y la entrada en un círculo cercano al poder y a la obtención de bienes económicos. De igual manera, los pequeños burgueses y empleados del Estado, mantienen las mismas aspiraciones alimentando las relaciones con personas mejor situadas social y económicamente, por lo que no dudan en asistir al teatro una vez al mes o cada vez que consiguen beneficiarse de entradas gratuitas para lucir atuendos difícilmente variados debido a su alto precio; es el caso de la familia Bringas en "Tormento", o de Eloísa en "Lo prohibido".
Por otro lado, impresiona el enorme desprecio que estas mismas clases demuestran por las clases bajas; así lo vemos en Marianela, esta mísera chica de quince años, deforme, pero con todas las buenas cualidades humanas; nadie se ofrece a ayudarla, pero la desprecian por su absoluta ignorancia y su suciedad; sólo la familia Centeno la ayuda en un estricto mínimo necesario para que no muera de inanición, mientras ella ayuda al pequeño de los Centeno con el poco dinero que consigue, porque lo que él desea es irse a Madrid y estudiar medicina; también ayuda a Pablo, joven rico, guapo y ciego. Pablo aprecia tanto las grandes cualidades de Nela que le declara su amor, hasta que recupera la vista y se enamora de su prima mucho más guapa y elegante. Lo vemos con Felipe Centeno a su llegada a Madrid, tratado con desprecio por su pobreza, llamado "doctor Centeno" por su empeño en estudiar medicina, pero consigue ser el criado de Alejandro Miquis con quien no sale de la pobreza, pero, al menos, es tratado de forma amable, incluso recibirá el sobrenombre de Aristóteles por su empeño en aprender y escribir. Felipe conseguirá una buena situación con D. Agustín Caballero, indiano regresado de las américas con una importante fortuna. Lo mismo le sucede a Amparo y su hermana que, por ser familia pobre, son tratadas con desprecio y tomadas como sirvientas.
Para un observador del calibre de Galdós profundamente anticlerical, no podría faltar la presencia del clero en sus novelas, ya sea del lado liberal, o monárquico. Podemos comprobarlo en "D. Juan Martín El Empecinado" con mosén Trijueque, en las filas de El Empecinado, inculto y ávido de reconocimiento; el padre Salmón en "Napoleón en Chamartín", que frecuenta a los pobres para educarlos y enseñarles las buenas maneras, pero se debe a la aristocracia a la que sirve con devoción, o los frailes descontentos porque Napoleón proyecta reducir el número de conventos y requisición de gran parte de sus propiedades que pasarán a manos del Estado, y la reducción de sus óvulos a un tercio del que tenían; D. Jaime Creux, arzobispo de Tarragona, abiertamente activo por la restauración de la monarquía en "Los 100.000 hijos de S. Luís"; o D. Pedro Gil polo, que no teniendo vocación, se hizo sacerdote para salir de las perspectivas de miseria que le rodeaban a él, su madre y su hermana; consiguió una correcta situación en Madrid con las monjas y una escuela para enseñar a los niños, pero en realidad, no actuaba nada más que en sus propio beneficio sin preocuparse en absoluto de la iglesia.
Sería difícil olvidar el Madrid de las tertulias, salones, cafés y teatros tan bien ilustrado en "Napoleón en Chamartín", época en la que comenzaban las tertulias políticas y las reuniones en las logias masónicas. Descubrimos al joven libertino D. Diego Hipólito Félix de Catalicio, Conde de Rumblar y de Peña Horadada, a quien le entusiasma asistir a estas reuniones; frecuenta las logias masónicas de Madrid, que antes de 1809 no eran sino lugares jocosos, sin embargo, entre ellos prefiere los salones en los que las fiestas duran toda la noche. Después de 1809, en la logia de Sta. Cruz, sita en la C/ Atocha, 11, se hablaba de política. Pero donde mejor conoceremos las tertulias será en "La fontana de Oro", fonda y centro de reunión de la juventud liberal ardiente y bulliciosa durante 1821; aun así, las intrigas y complots contra el gobierno liberal refuerzan la idea de que el rey Fernando VII está jugando un doble juego, pues al mismo tiempo que gobierna con los liberales, organiza la contrarrevolución cuyo objetivo es el de derrocar a los liberales y proclamarse rey absolutista. Las intrigas las lleva a cabo D. Elías, alias "el coletilla", cercano al rey; éste no duda en sobornar a cualquiera, incluidos algunos estudiantes sin recursos económicos, para hacer ruido en La Fontana de Oro y expulsar a los liberales de la posada. Las consecuencias de esta contrarrevolución las veremos en "Los 100.000 hijos de San Luís" con la persecución y matanza de liberales, por lo que al Gobierno no le queda más remedio que huir a Sevilla, obligar al rey a aceptar la Constitución y posteriormente, continuar hacia Cádiz donde los franceses masacrarán a los liberales en el castillo del Trocadero.
Como colofón, sería imperdonable olvidar la presencia del alter ego de Pérez Galdós, el entrañable Alejandro Miquis de "El doctor Centeno". Al igual que Galdós, llegó a Madrid para estudiar derecho, aunque sus intereses se encontraban en otro lugar. Con la herencia de una pequeña fortuna, se dedica a escribir una obra de teatro perfecta, que desgraciadamente es demasiado larga y con demasiados personajes para ser representada en los teatros, donde los intereses de los empresarios se dirigen más bien hacia las obras cortas de tres actos, con pocos personajes y divertidas. Miquis se ausenta tanto de la universidad que es expulsado de ella. Duerme durante el día, frecuenta los teatros por la noche y el resto de la noche lo dedica a escribir. Presta dinero a todos los que se lo piden, incluso si él se queda sin nada y cae en la más extrema pobreza; sus amigos, sus vecinos, le buscan con avaricia y arañan sus últimos céntimos aun sabiendo que él no tendrá nada que comer. Todo esto no les impedirá criticar a Alejandro y decir que no sabe administrar su hacienda. Centeno permanece junto a su amo hasta el último momento en el que se lo lleva la tuberculosis agravada por la falta de alimentos, el frío y la suciedad reinante en su entorno. Los vecinos y amigos se verán obligados a hacer una suscripción para poder pagar su entierro, igual que sucedió para poder hacer un monumento a Pérez Galdós, mientras que su entierro fue sufragado por el Estado.
Benito Pérez Galdós nunca buscó la riqueza y conoció épocas en las que gozó de una excelente situación económica y otras en las que vivió en la pobreza, daba dinero a todo el que se lo pedía y nunca escatimaba nada, por lo que a menudo debía recurrir a los prestamistas. Fue muy querido por todos, especialmente las clases humildes puesto que "el abuelo", como le llamaban, hablaba de ellos, escribía sobre sus vidas, sus costumbres, sus sufrimientos, sus dificultades, y lo hacía con el mismo lenguaje que ellos. No sólo le apreciaban los pobres, también las altas esferas, a pesar de sus detractores que impidieron en varias ocasiones la presentación de su candidatura al premio Nobel.
Galdós se dedicó a observar la sociedad, igual que lo hiciera Balzac en Francia. En sus novelas plasmó todos los tipos humanos presentes en aquellos tiempos, y lo hizo desde la observación, ausentándose él de los escritos, sin comentarios, sin críticas sobre lo que veía. Describía lo que existía. Este escritor desarrolló varios puntos en común con Balzac, además de el de la observación. Los temas y personajes de sus novelas son recurrentes. Existen los burgueses, los pequeños burgueses, los nobles, los arribistas, los nuevos ricos, la clase media de trabajadores del Estado u oficinistas, periodistas, los criados, militares, intrigantes, liberales y conservadores. De igual forma, los personajes de una novela no desaparecen con el final de la historia, sino que volvemos a encontrarlo, si no a todos, a algunos en otras novelas, lo que conlleva a menudo, la continuidad de la historia.
La estructura de las novelas es igualmente similar, es decir, presentación de los personajes y establecimiento de la situación, desarrollo y desenlace. Estos puntos comunes entre los dos escritores son tales que hay momentos en los que no se sabe si Galdós es el Balzac español o Balzac el Galdós español. En cualquier caso, Galdós es si no el mejor escritor, sí uno de los mejores escritores españoles con una prolífica obras constituida por más de cien novelas, obras de teatro y cuentos, referencia de una época mucho más cercana a la actualidad de lo que a primera vista pudiera parecer.
19-5- 2022
HONORÉ DE BALZAC
Balzac es uno de aquellos autores de los que todo está dicho y añadir algo que pudiera resultar relevante sería prácticamente empresa imposible. A pesar de ello, intentaré dar mi propia versión sin hablar de la Comedia Humana en toda su amplitud, pues sería tarea ardua por su extensión y significancia; así pues, me limitaré a varias novelas: "El padre Goriot", ·Eugénie grandet", "El coronel Chabert", "Los chuanes, "El lirio del valle", "Albert Savarus" y "La bolsa".
Las novelas de Balzac representan un siglo extremadamente convulso desde la Revolución de 1789 hasta el final del siglo XIX. Al inicio del siglo XX la mentalidad francesa había sufrido un enorme cambio, se había olvidado el hecho de que el rey tuviera carácter divino y fuera absolutista; la especulación, industrialización y normalización de la economía establecieron y divulgaron la mentalidad burguesa del progreso y/o la riqueza mediante el trabajo. La idea de "Libertad, igualdad y fraternidad" continúan siendo hoy el emblema del que la totalidad de los franceses se sienten orgullosos, no en vano lo han adoptado como propio cada uno de ellos. La República marca la identidad de la población, por lo que no es una casualidad el que uno de los improperios que se pueden lanzar a una persona es el de burgués/a, o pequeño/a burgués/a, calificativo que indica el gran interés por la obtención de dinero, lo que no sucede para la nueva clase surgida de la industrialización, es decir los obreros que producen para ellos y obtienen muchísimos menos beneficios económicos.
De la Revolución y del Terror emergen dos Rpúblicas, dos Restauraciones y dos imperios. Es en este periodo en el que se desarrolla la industria, el capitalismo, el colonialismo e incluso el mercado de esclavos, pero también el nacimiento de las teorías de Saint Simon, Proudhom o Fourier, las cuestiones sociales cobran actualidad y se pone fin al tráfico de vidas humanas. De todo ello nos habla Balzac en sus novelas, pues su gran actividad es la de observar y plasmar sus observaciones en sus relatos.
El padre Goriot es un buen ejemplo de enriquecimiento gracias a la corrupción y especulación de la época. De origen humilde, su sagacidad en los negocios le lleva a enriquecerse en el comercio del grano al mismo tiempo que crece su sobrenombre de "vermicelier" o comerciante de fideos; este término muestra el desprecio de la nobleza y la alta burguesía parisina de la Restauración por un hombre humilde, un nuevo rico sin educación ni refinamiento. No es el único, pues el señor Grandet en su versión campesina, hace gala de la misma sagacidad; el empobrecimiento de algunos nobles, la parcelación y las confiscaciones de las propiedades de los nobles emigrados y de la Iglesia facilitan el que oculte la cuantía de sus ganancias, a pesar de que sus propiedades crecen constantemente. La parcelación de propiedades de los emigrados y la confiscación de propiedades de la Iglesia también es el tema de "Los Chuanes", la rebelión que se inició en los países del Loira, Bretaña y Normandía. Balzac nos explica el significado de "chuan", palabra que deriva de la expresión bretona "chuin" que designa el grito nocturno de la lezucha, el mismo con el que se comunican los rebeldes. Pero a veces la parcelación nace de la pérdida del derecho de herencia única del primogénito y el derecho de herencia de todos los hijos.
Otro ejemplo de enriquecimiento son los delincuentes, criminales y malhechores, o los que se han arruinado y viajan a las Indias para enriquecerse sin escrúpulos. Tenemos a Jacques Collin, alias Vautrin ("El padre Goriot") o "burlador de la muerte", ex presidiario huido de Tulón y administrador de capitales de presidiarios, sueña con ahorrar la suma suficiente como para emigrar a América, comprar un terreno y esclavos para que trabajen para él. Vautrin es un hombre enigmático que demuestra tener muchos conocimientos del mundo y no se deja tentar por la fiebre de enriquecimiento y de pertenencia a las altas esferas parisinas. Charles Grandet (primo de Eugénie Grandet) viaja a las Índias para enriquecerse y regresa varios años rico después de haberse dedicado al comercio de negros chinos y niños).
Por otro lado, a Vautrin, Charles Grandet, Corentin, le Gars, (estos dos últimos pertenecientes a la novela de "Los chuanes") podríamos incluirlos en la categoría de hombres manipuladores e intrigantes. Vautrin intenta convencer a Eugène de Rastignac para que acepte su ayuda para entrar en la sociedad elegante prestándole dinero, pero Rastignac decide no aceptar porque para ello Vautrin no duda en organizar una trama con asesinato y matrimoio incluidos. Charles Grandet regresa a París para entrar en esa misma sociedad a través del matrimonio con una joven no muy agraciada, pero condesa; su esposa y su familia le ayudarán a conseguir lo que desea y quizá, a conseguir el título de par de Francia. Corintin es un personaje siniestro, experto en todas las artes posibles del espionaje; no duda en manipular a todo el que le sea útil para llevar a cabo sus objetivos; es el enviado por Fouchet junto a Marie de Verneuil para detener y entregar a El Gars junto con el ejército republicano. El marqués de Montauran, aliasEl Gars, es un aristócrata emigrado y enviado de vuelta a Francia por Inglaterra para encabezar la rebelión en Bretaña; éste no dudará en manipular a la señorita de Verneuil para obtener información del ejército republicano, aun estando enamorado de ella.
No solo los hombres son intrigantes, también las mujeres como la señora Evangelista en "el contrato de matrimonio", que no duda en manipular a su hija y a su yerno el conde Paul de Manerville para llevarle a la ruina mientras enriquece a su hija. Otro ejemplo es Filomena de Waterville, que estando enamorada de Albert Sivarus, establece una terrible intriga a fin de conseguir separarle de la princesa Colonna, a pesar del riesgo de quedarse sola. También la señorita de Verneuil manipula al marqués de Montauran para detenerlo y entregarlo al ejército republicano, a pesar de su amor hacia él. Entre los chuán la gran intrigante, la señora Gua que no duda ante ninguna circunstancia ni peligro para conseguir que El Gars triunfe en la rebelión y la señorita de Verneuil sea ejecutada. No sería posible olvidar a la mujer del coronel Chabert, que nunca aceptó la reaparición de su marido, volvió a casarse y tras el regreso del coronel a París, urde una estratagema para quedarse con toda su fortuna.
A pesar del cambio aportado por la República en el sistema de enseñanza, las jovencitas de clases sociales altas eran educadas de la manera más candorosa posible, en la religión y las labores del hogar, sin ningún conocimiento de los negocios ni la dirección económica del hogar, y sobre todo en total ignorancia de la vida, es decir de las relaciones entre un hombre y una mujer, de lo que ocurre cuando están casados, sólo saben que tendrán hijos, pero parece que llegarán por ciencia infusa. En este sentido, se mantienen inocentes hasta que, en un momento dado, adviene algún suceso y reaccionan de tal forma que nada ni nadie las puede desviar de los designios que ellas mismas se establecen, como le ocurre a Filomena Waterville y a Eugénie Grandet al enamorarse de su primo Charles Grandet; a partir de ese momento el señor Grandet que siempre había actuado con total despotismo, perderá todo su poder sobre ella. No olvidemos a la señora condesa de Mortsauf que, habiendo recibido una educación de señorita bien situada, se dedica a sus hijos y a ser fiel a su marido hasta el momento en que reconoce estar enamorada del vizconde Felix de Vandesesse, más joven que ella; a partir de entonces se dedicará a jugar el doble juego de mujer enamorada que sólo reconoce ocuparse de la educación y la promoción del vizconde como si fuera su hijo.
Entre estas mujeres también encontramos a las mujeres burladas, como la señorita Victorine (el padre Goriot); también ella posee una educación inocente, pero está enamorada de Rastignac y vive con una mísera pensión porque su padre, a pesar de ser un banquero importante y acaudalado, prefiere que su hijo varón herede toda su fortuna indivisa. Victorine formaba parte de planes de Vautrin pues éste debía provocar un duelo en que muriese el hermano, ella se casase con Rastignac y éste último accediese a la alta sociedad mediante la fortuna de su mujer. La princesa Colonna (Albert Saverus) es un ejemplo claro de mujer burlada, víctima de las intrigas de Filomena Waterville.
Como en todas las sociedades, no sólo existen mujeres débiles o burladas, también existen hombres débiles o inocentes por educación, y burlados. El primer caso es el de el Vizconde Felix de Vandenesse que, al ser el cuarto hijo, prácticamente fue abandonado por sus padres entre nodrizas e instituciones religiosas; su deficiente alimentación, falta de ejercicio y ausencia de amor materno hicieron de él un ser enclenque que se recuperó gracias a su amor por la condesa de Mortsauf y la formación y promoción que le ayudó a alcanzar. El segundo hombre burlado es Paul de Mannerville, que fue criado y educado con la más grande severidad y austeridad hasta que a la muerte de su padre, pudo disfrutar de la fortuna amasada durante años de forma casi secreta, como la del señor Grandet. a partir del fallecimiento del padre, Mannerville se dedica a vivir de forma disipada en París y varios países en los que ocupa puestos importantes; desgraciadamente decide regresar a Bordeaux donde se casa y es vilmente manipulado y empobrecido por su suegra y su mujer, la señora y señorita Evangelista; no le quedará más remedio que viajar a las Indias para recomponer su fortuna. El tercer hombre burlado es el coronel Chabert, víctima de las intrigas de su mujer; Chabert es militar en el nuevo ejército francés del que se forma parte por voluntad propias, fuera de las levas de la monarquía, y en el que se asciende por méritos y buena disposición, no por pertenecer a una familia influyente. De este ejército republicano también forma parte el comandante Houlot que en la época del Consulado parte hacia Bretaña para poner fin a la rebelión de los chuanes.
Por último, están los nobles emigrados que recibirán indemnizaciones o que recuperarán sus propiedades durante la Restauración, como le sucede al conde Mortsauf, o la ausencia de ayudas o indemnizaciones, como le sucede al Barón leseigneur de Rouville (La bolsa) quien por no haber emigrado, falleció dejando a su mujer y su hija sin recursos,
Sin embargo, en estas novelas la nueva clase, la de los obreros no está presente y los campesinos lo son débilmente. Nos hablan de los campesinos en "El lirio del valle" durante las vendimias porque es el único momento del año en que comen convenientemente. También los vemos en "Los chuanes" porque gran parte de los rebeldes son campesinos que viven en condiciones lamentables; y en el coronel Chabert, porque vive en una pensión muy pobre en las afueras de París; más tarde en el asilo en que lo acogen, antiguo asilo de militares, vive en condiciones realmente deplorables.
Balzac estructura sus novelas siguiendo siempre el mismo plano. Primero presenta el lugar en el que se desarrollará la historia, a continuación, presenta a los personajes y sus historias personales, sigue el establecimiento de la intriga con una o varias mujeres en edad de casarse; entre ellas suele haber mujeres inocentes víctimas de enamoramiento que, en un momento dado, reaccionarán y tomarán las riendas de sus vidas; no faltan las mujeres intrigantes que no dudan en causar daño a otras personas para conseguir su propio beneficio. En la trama no faltan los hombres y mujeres que se enamoran locamente o platónicamente, capaces de ser fieles durante toda la vida si fuera necesario. La parte final siempre es el descubrimiento de la trama, de una intriga formada y desarrollada a lo largo de los capítulos.
Todas estas novelas reproducen una sociedad altamente inestable y cambiante. En la nueva sociedad decimonónica se estableció una guerra entre la aristocracia y la burguesía por dirigir la política, la diplomacia, la judicatura y las finanzas. Pero también florecieron las ciencias, y Balzac se propuso clasificar todos los tipos de personas de la sociedad francesa según el modelo de la clasificación de especies en zoología. Se suele decir que Balzac es el maestro de la novela realista, pero también cultivó diversos géneros, no en vano transformó la manera de escribir una novela; fue un hito en la escritura, de tal forma que en la actualidad la manera "balzaciana" es completamente convencional.
FLAMENCO. ARQUEOLOGÍA DE LO JONDO
Comencé a leer el libro de Antonio Manuel ". Arqueología de lo jondo" sin saber muy bien a lo que me enfrentaba y me encontré con un universo que apenas había intuido anteriormente, pero que se me fue desvelando. No creo equivocarme si digo que la mayoría de nosotros poseemos una idea más o menos estereotipada, o más o menos preconcebida sobre el flamenco, el universo gitano, y lo gitano.
En mi caso, a medida que avanzaba en la lectura, se fueron acrecentando mis primeras ideas sobre sincretismo, cultura oral, y misticismo. Se trata de un texto en el que la lírica cautiva al lector por la constante expresión de sentimientos de una inmensa profundidad. Cautiva los sentidos, aprisiona el corazón y nos conduce de la mano hacia un mundo desconocido que no podríamos haber imaginado. Tanto es así, que incluso los poemas de García Lorca, o de los grandes místicos como San Juan de la Cruz, se leen y se interpretan bajo un prisma diferente, como vemos en estos versos de un martinete: "No soy ya aquel quien era / ni quien debía yo de ser/(....) Que la luna crece y mengua / y yo me mantengo en mi ser / llevo la verdad por habla / y porque lo manda Undebel [Dios en caló (p. 95)]
La primera información que nos procura es la de la identidad del Flamenco preservado por la inteligencia emocional del pueblo gitano, que ha sabido reconstruir su identidad a lo largo del tiempo para no desaparecer, como le sucede a las comunidades que pretenden sobrevivir manteniendo su cultura íntegra e impermeable a cualquier influencia exterior.
Puesto que lo que no se nombra no existe, lo primero en importancia es imponer un nombre a los gitanos en su nacimiento. El procedimiento es bastante parecido al utilizado por los árabes y otras comunidades presentes en Al-Ándalus. Ahí tenemos el ejemplo del pueblo tunecino Sidi-Bu-Said [Señor-padre (de)-Said]. Sin embargo, para no reproducir constantemente toda la extensión del nombre, también existe la costumbre de dar un sobrenombre a cada uno con alguna característica física, de carácter, o de origen. Así, podemos encontrar a personas como Carbonerillo de Jerez, la Chata de Vicálbaro, el tuerto de Graná, y tantos otros.
Una vez que conocemos el sistema de los nombres, es muy interesante conocer el origen de la palabra Flamenco. Todos hemos oído decir alguna vez que viene de los habitantes de Flandes, sin embargo, nuestro autor nos facilita otro origen completamente diferente y muchísimo más interesante. A los gitanos se les desposeyó de todas sus pertenencias y de su modo de ganarse la vida, por lo que situándonos en la época de Al-Ándalus, nos acercamos al idioma árabe imperante en la zona, la algarabía, y encontramos falâh (campesino) y mankùb (marginado, desposeído), por lo que falâmankûb, puede perfectamente haber evolucionado hasta llegar a la palabra que conocemos hoy y que identifica al y a lo Flamenco (campesino desposeído y marginado). A partir de aquí, ya no pensaremos en Flamenco como solíamos hacer, es decir únicamente como un género musical y de baile típico de los gitanos. Abandonamos la banalidad y pasamos a darle profundidad, sentido, sentimiento y propiedad. Ahora ya sabemos qué significa sobrevivir, sentir y expresarse en Flamenco.
Imposible continuar hablando de la cultura gitana tal como solemos hacerlo, sino del flamenco, de la cultura y del idioma en el que se expresa. Hablamos sin ninguna duda de una cultura oral que "se canta en andaluz y de memoria. Sin más partitura que el recuerdo y el idioma en que se recuerda" (p.20). Los cantes y bailes continuaron llamándose con palabras antiguas cuyo significado se olvidó cuando en Al-Ándalus se hablaba en árabe, cuando se nombraba a dios en árabe. Esas palabras, esos vocablos se mantuvieron transcritos en los vocablos cristianos sin ningún significado, o pareciendo un significado completamente diferente. Como es natural en una cultura oral, no faltan los símbolos, como por ejemplo el de la llave que cerraba el hueco practicado en el zaguán (zawuiya en árabe; lugar en el que vivían y enseñaban los santones sufíes andaluces) y en el que se guardaban objetos sagrados sefardíes, o el Corán, hasta que se declaró malditos a estos objetos y también a los que los poseyeran. Aún es posible escuchar estrofas de cante flamenco en el que el cantaor hace alusión a la llave y dice que tiene, o no tiene la llave. A través del tiempo, se olvidó lo que se guardaba en el zaguán, pero se llenó el agujero con vírgenes, en claro signo de sincretismo religioso.
Resulta muy curioso ver con nueva luz aquella canción infantil tan popular que se cantaba jugando al corro:"¿Dónde está la llave, matarile, rile, rile, dónde está la llave, matarile rilerón?" Muchos judíos y musulmanes andalusíes prefirieron irse a otras tierras allende el Mediterráneo o el Atlántico, antes que convertirse. Lo sabemos entre otras cosas porque Felipe II firmó una orden para que los virreyes devolvieran de América "a todos los gitanos y vagabundos que usan de su traje, lengua, tratos y desconcertada vida entre los Indios, a los cuales engañan fácilmente por su natural simplicidad" (p. 141). En aquellos viajes se llevaron las llaves de sus casas con la esperanza de regresar algún día. Aun es más curioso descubrir que las palabras árabes mawt y rihla significan muerte y viaje. Como dice Antonio Manuel, "el inmenso dolor de la nostalgia se metabolizó en un grito desgarrador que conmueve los cimientos del alma. Se hizo Flamenco" (p. 29). Canciones y palabras que siempre hemos interpretado al pie de la letra, con las explicaciones de nuestro autor adquieren significado bastante diverso. ¿Quién diría que la popular interjección que hemos escuchado en innumerables ocasiones "arsa" y que interpretábamos como alza o arriba, en realidad quiere decir "verdad"?
Así llevaron a América la música de la guitarra y los palos de origen africano: la zarabanda, el fandango y el tango. Allí nació un nuevo mestizaje entre las culturas y la sangre de los débiles frente al nacional catolicismo castellano (p. 143). El sincretismo camina desde la acomodación hasta la asimilación; primero existe la toma de conciencia de la cohabitación de dos tradiciones diferentes en el mismo espacio, y continúa con la fusión de las dos culturas y la adquisición de nuevas costumbres dentro de un proceso lento e inconsciente. Por su parte, Adith S. Gómez (Maestra lingüista española. EF. Educación Futura.Periodismo de interés público) nos dice que ser latinoamericano es "haber nacido en una región escenario de grandes y profundas pérdidas, heridas y despojos por manos conquistadoras y occidentales, (...) de sueños místicos con aroma de rebelión, esperanza y libertad por parte de miles de indígenas y negros esclavizados y sus hijos mestizos, quienes a lo largo de seis siglos se han afanado por definir su identidad, labor que aún parece no tener frutos..."
La conquista de Granada no consiguió terminar con Al-Ándalus ni con el islam ni con las civilizaciones que, con su presencia en aquella tierra en la que dejaron lo mejor de sí mismas, ya fueran la Hispania Bizantina, el judaísmo, los gitanos o los negros esclavos o libertos. Estos últimos, que ya se habían romanizado, fueron aceptando el islam y hablando en árabe. Los que quedaron en la tierra conquistada perdieron la identidad y se les identificó como a "ellos", los que eran diferentes, ellos que hablaban de forma diferente, ellos que cantaban de forma diferente pudieron continuar haciéndolo mediante un impuesto especial, hasta que una vez expulsados de la península, se les expulsó de los libros de historia (p. 47).
Ellos que se quedaron, debieron adaptarse y aun nos regalaron joyas como el nombre de Granada. ¿Quién no ha identificado este nombre con el de la maravillosa fruta homónima? Llegamos a una nueva sorpresa puesto que Antonio Manuel nos sorprende con la expresión "Gar Anat" o templo de Anat, Diosa de la fertilidad. Es la ciudad a la que entraron todos los pueblos malditos, los moriscos, los no asimilados o los negros libertos. Allí todos se consideraron gitanos, Flamencos y no castellanos. Muchos moriscos se unieron a los gitanos, convivieron con ellos evitando así ser quemados en las hogueras. De esta unión testifica un cante: "ay, gitana, tú eres mora, mora de la morería".
Algo similar sucedió con los negros esclavos, llamados "curros" del árabe "qur", es decir de origen oscuro, de color negro como el alquitrán. Muchos de ellos habíansido bautizados con el apellido "moreno". Al pasar a ser libertos, eran desahuciados, y quedándose sin recursos, fueron integrándose a la morería y la gitanería.
El Flamenco se identifica con la soledad, la de la aceituna negra, la del que la sufre; pero también con la aceituna verde que es la del que la desea, el deseo de no renunciar a sus raíces, la nostalgia de lo que perdieron. La soledad negra dio origen al cante jondo de raíces religiosas y del misticismo sufí. Pero la soledad verde es la madre de los cantes festeros. Tras la desaparición de Al-Ándalus, se olvidó la gramática árabe, pero no las expresiones sagradas ni las cotidianas. Entonces se intercambiaron palabras de todos, negros, moriscos, pícaros y rufianes; sin embargo, los gitanos consiguieron convertir el léxico en caló con las estructuras del castellano. Por ejemplo, el morisco aceptó "duquela" del sánscrito gitano "duhkhara" y que en algarabía sonaba a "duq ´alam" con el mismo significado, es decir:sentir dolor. De estas aceptaciones nació la lengua andaluza.
Los cristianos venidos del norte no consiguieron eliminar las culturas no cristianas, sino que favorecieron lo que Antonio Manuel califica de "Mudanza", el desarrollo del sincretismo a través de los siglos en los que los moriscos, marranos, negros y gitanos fueron tratados de "perros judíos". Se agruparon en cofradías en las que fueron acosados." Aunque Nuestro Señor Jesucristo se puso en la cruz por todos y nuestra madre la Iglesia no los excluye, en ella hay órdenes y grados como los hay en el cielo..." (p. 76). Con el acoso y la soledad consecuente, no les quedó nada más que la expresión de su soledad negra por un lado, y por el otro, la de la soledad verde dentro de la "cadencia andaluza". Lorca describía al cante jondo como de color espiritual y al Flamenco de color local porque lo jondo es negro y el Flamenco es verde : "Verde que te quiero verde..." ; todo ello expresado únicamente con una guitarra, las manos y los pies por medio de las palmas y el taconeo A través de esta cadencia se mantuvo la memoria y la comunión con Dios, ese dios cuyo nombre en árabe es Allah y se tradujo en flamenco como "Ole:..."El ole, primito mío,/ yo no lo puedo entender;/pero quiero que me digan/ ole con ole y olé" (p. 85). Lo mismo sucede con la expresión sevillana de "mi arma", que no es sino la transliteración de "ni `ama", es decir, bendición.
La revista Agenzia Fides por su parte, en su artículo Titulado "África-Desde África a América" (jueves 26 de junio de 2004), recoge el sincretismo religioso y nos habla de los bautismos que se aplicaron a los esclavos africanos y que estos aceptaron porque no sabían lo que significaban, pero no abandonaron sus tradiciones religiosas, sino que las mantuvieron dentro de un sincretismo religioso en el que muchas divinidades africanas se identifican con los Santos Cristianos.
Con la Ilustración en el siglo XVIII, se quiso implantar una España blanca y europea. El marqués de Ensenada pretendía dividir a los pobres en dos tipos; uno era el de aquellos a los que se permitiría pedir ayuda en las parroquias y el segundo era el de los gitanos a los que había que expulsar de ellas, e incluso propuso al Rey enviarlos al Orinoco para que abastecieran de pescado a España. También defendía la segregación de sexos como medida eugenésica. Se detuvo a 12000 gitanos, entre ellos a los hombres y niños mayores de siete años y los confinaron en las minas de Almadén, en San Fernando, Cartagena y El Ferrol A las mujeres y niñas las encerraron en Málaga, Calahorra de Córdoba y en Sevilla. Así nacieron, por ejemplo, la taranta o la farruca gallega. Sin embargo, los gitanos no son gente de conformarse y las rebeliones y protestas de gitanos, y no gitanos, hicieron que progresivamente fueran liberados; unos regresaron a Andalucía, otros permanecieron en los lugares donde estaban y donde se establecieron porque "el Flamenco fue, es y será la herejía del poder. Nació por y para eso. De la rebeldía y para la rebeldía. El Flamenco cantó a la fuerza de los débiles en cada una de nuestras insurrecciones ganadas y perdidas" (p. 122). "En Andalucía confluyen la desesperación filosófica del islam, la desesperación religiosa del hebreo y la desesperación social del gitano" (p.123).
Con este libro Antonio Manuel hace un enorme esfuerzo para divulgar lo que realmente significa el Flamenco y lo Flamenco. En ningún momento alude a la idea normalizada entre los españoles de que Flamenco es una forma de folklore de una parte de la población cuyos clichés generalizados son los de la fiesta, la fatalidad, la inadaptación, marginalidad y atraso. Es evidente que quedan muchos esfuerzos por hacer para que lo gitano, los gitanos y el Flamenco sean percibidos como la existencia y la expresión de algo mucho más profundo y de gran valor, la expresión de una parte de la población española desvalorizada y marginalizada a lo largo de los siglos.
Para terminar, intentaré realizar una pequeña y humilde traducción libre de un tango arrumbao de Manuel Vallejo, Versionado por Rosalía con el título de "Catalina"
Quítate de mi presencia / Que me estás martirizando / Y a la memoria me trae / Cosas que estaba olvidando / Ponme la mano aquí, Catalina / Ponme la mano aquí / Ponme la mano aquí que la tienes fría / Mira que me voy a morir / Una china que tenía / Se fue a Alemania y no ha volvío / A la Alemania me voy / Y no a divertirme / A tomar un veneno / Que quiero morirme
1-Catalina viene de la expresión completa Túrid 'al arrús, aqtá 'lina, lo que quiere decir: ¿Quieres a este esposo y lo aceptas? Pregunta que se hacía a las mujeres en segundas nupcias y que ha quedado en la lengua popular como "(que) si quieres arroz, Catalina"
2-China viene de ana jarina, que quiere decir "tristeza, pena"
3-Alemania viene deal alm annya, que significa"el dolor del compromiso"
Quítate de mi presencia / Que me estás martirizando / Y a la memoria me trae / cosas que estaba olvidando / ponme la mano aquí, ¿quieres? / ponme la mano aquí / Ponme la mano aquí la tienes fría / Mira que me voy a morir / Una pena que tenía / Se fue (se instaló) con el dolor del compromiso y no ha volvío / voy (estoy con el) al dolor del compromiso / y no a divertirme / A tomar un veneno / Que quiero morirme.
De repente, las palabras que parecían inconexas como china o Alemania, cobran un significado completo. Es un ejemplo perfecto de las expresiones que se trasliteraron en español, pero que perdieron su significado original. Es decir que, tal como lo interpreto yo que soy una completa profana, estos versos nos hablan del dolor de un hombre porque la mujer con la que esperaba casarse, ha roto el compromiso; ahora le queda el dolor de su pena y quiere morirse.
19-12- 2021
Emilia Pardo Bazán.
Los Pazos de Ulloa
Una de nuestras grandes novelistas.
Se ha escrito tanto de ella, y su trascendencia ha adquirido tal grandeza, que parece imposible añadir nada más sobre ella o sobre su obra.
Desde que se dio a conocer como escritora en 1875, su actividad intelectual fue imparable. Siendo amante de los viajes y del descubrimiento de nuevas sociedades, costumbres y tendencias, sus conocimientos de inglés, francés y alemán le facilitaron el contacto con importantes escritores en diversos países.
Fue durante estos viajes cuando conoció el movimiento literario llamado naturalismo, aplicado por Émile Zola en Francia. Este escritor se separó del romanticismo para adoptar los conocimientos de las ciencias que se desarrollaban durante el siglo XIX en Europa. Su expresión literaria progresó al amparo de "La evolución de las especies" de Darwin, de la biología, la fisiología, la separación de la filosofía y la psicología, y del positivismo. Zola deseaba expresar la realidad de las cosas y, influido por la pintura impresionista, afirmar el realismo científico. En cierta ocasión, escribió que los caracteres de los personajes venían determinados por los órganos genitales, por lo que, en su progreso literario, sustituyó el concepto de la fatalidad de las tragedias griegas por el de la herencia.
Si hablamos de naturalismo en España, es inevitable hablar de Emilia Pardo Bazán, a pesar de que Zola dudaba de que fuera naturalista, debido a su creencia católica; este hecho, según él, resultaba incompatible con el naturalismo. Los Pazos de Ulloa son un buen ejemplo de naturalismo a lo Pardo Bazán. En este libro nos muestra la diferencia entre el campo y la ciudad, el comportamiento de nobles, administradores, caciques y servidores. No falta la Iglesia en dos vertientes diferentes, una, complaciente con los señores, compartiendo sus actividades, beneficiándose de sus servicios, alegres y campechanos; otra, tradicional, severa, estricta y celosa del cumplimiento de los preceptos religiosos.
De lo que no cabe ninguna duda es que esta escritora era una gran conocedora de la sociedad española y principalmente de la gallega. En este libro habla de ella, y la describe sin olvidar prácticamente ninguna cuestión. Sus descripciones de personajes, costumbres y paisajes son hermanas de las famosas descripciones de Zola. A través de ellas vemos con toda claridad las aldeas, los montes y ríos gallegos. Las tristes casuchas que los aldeanos desvelan para el lector en su mísera construcción compartida con las bestias. Pero también se exponen los pazos de Ulloa y, especialmente, la huronera donde vive el marqués. Las reglas de convivencia son implícitas, nadie las ha expresado claramente, pero todos las conocen y las respetan. amo, apoderado y administrador, sirvientes y colonos. Razón por la que Primitivo, el administrador de D. Pedro, administra los bienes del marqués, toma lo que le conviene, concede préstamos al amo y le convierte al mismo tiempo en su deudor. Tras el matrimonio de D. Pedro las reglas cambian y de nuevo, todos las respetan sin protestar. El tercer cambio de reglas llega con la muerte de Nucha, la mujer de D. Pedro.
Don Pedro Moscoso, Marqués de Ulloa, es un representante evidente de la nobleza rural. Su dedicación habitual a la caza y su vida al aire libre le dan un aspecto fuerte y sano, pero cuyas carencias intelectuales y humanas hacen de él un perfecto patán. El origen de su falta de refinamiento y cultura se encuentra en la educación recibida de su tío Gabriel; éste le dejó crecer a la buena de Dios enseñándole el desprecio a la humanidad y el abuso de la fuerza, como en los tiempos del feudalismo; mientras, D. Gabriel como apoderado, se dedica a enriquecerse, al mismo tiempo que empobrece a su hermana viuda y a su sobrino. Doña Micaela, madre de Don Pedro, consigue salvar y guardar diversas cantidades de dinero que desapareen y dejan a su hijo con escasos recursos económicos.
Don Manuel de la Lage es el contrapunto de D. Pedro. Noble refinado, cortés y de buenas maneras afincado en Santiago. Intentó convencer a su sobrino de que, una vez convertido en su yerno, también fijase su residencia en Santiago, reconstruyera los pazos y los frecuentara únicamente en los meses de verano. No lo consiguió pues D. pedro, habituado al campo y a la vida sin reglas sociales, sólo aspiraba a tener un heredero y a regresar a su medio rural natural.
El segundo contrapunto de D. Pedro lo constituye D, Gabriel, hijo de D. Manuel. Éste fue criado por la menor de sus hermanas, puesto que su madre había fallecido. Llegada la edad escolar, se separó de la familia y a continuación, se consagró a la carrera militar; se formó en la academia de Segovia, luchó contra los carlistas y realizó varios viajes al extranjero. Aficionado a la lectura militar y filosófica, en cada país adquiría conocimientos e idiosincrasias diferentes que le hacían añorar a España. Pero de regreso, se encontró con un país atrasado y provinciano, aunque se readaptó perfectamente. Sus conocimientos le provocaron incomprensiones con compañeros y conocidos menos letrados, que le consideraban loco por tener ideas extrañas comparadas con las de los demás. Liberal no demasiado convencido de sus principios e ideas, tan pronto reconsidera las ideas liberales como las conservadoras. Es un buen representante de un país en el que el siglo XIX osciló entre el la consideración del ejército, el liberalismo, el absolutismo, el tradicionalismo y de nuevo el liberalismo.
No falta la situación de la mujer, cuestión muy sensible para Pardo Bazán que, prácticamente dedicó su vida, a denunciar la situación de las mujeres. Aquí nos muestra la falta de consideración en la que vivían. Vemos a Sabel, hija de Primitivo, convertida en manceba de D. Pedro y obligada a ello por su propio padre. De esta unión nació un niño llamado Perucho, al que tratan con brutalidad; no tiene nada más que cinco años, vive asilvestrado, vestido con andrajos, mugriento y al que no dudan en emborrachar si eso les causa placer.
Sabel es la cocinera y cuando D. Pedro está ausente, prepara comida para muchos sirvientes que viven en la necesidad. Le gustaría casarse con un mozo gaitero, pero no se lo permiten porque a su padre no le conviene y D. Pedo la considera de su propiedad; no tolera los engaños que reprime con brutalidad.
Nucha es escogida por D. Pedro porque pertenece a su misma clase social y espera tener un heredero varón con ella, ya que en su familia siempre nacieron varones. Sin embargo, la naturaleza altera los deseos del marqués y Nucha da a luz a una niña. A partir de ese momento, D. Pedro se desentiende de su mujer y a su hija; tampoco le permite regresar a casa de su padre porque es su mujer y le pertenece. Las nuevas reglas provocan que Perucho se convierta en el heredero oficioso del marqués, le viste con esmero, le cuida y le envía a estudiar a Santiago. Mientras tanto, su hija Manola crece al cuidado de su madre hasta que ésta fallece, a partir de entonces, será Perucho el que se ocupe de ella y su unión crecerá durante los veranos en los que está de vacaciones en los pazos. En invierno, al igual que su padre, se cría y vive a la buena de Dios.
Al regreso del señor después de su matrimonio, Sabela está casada con el gaitero, llamado Gallo, y es él el que ocupa el lugar de Primitivo, muerto a traición. Gallo no permite que las pobres que iban a comer allí continúen haciéndolo, pues tiene pretensiones de hombre refinado por encima de los sirvientes, a pesar de que la mala alimentación y la escasez de recursos, les provoca enfermedades como, por ejemplo, el bocio. Las aldeanas, guapas y finas en la juventud y durante la soltería, se deforman completamente y envejecen prematuramente debido a la maternidad y los duros trabajos que deben realizar en casa, en el campo y con el ganado.
Estando en Galicia, no podríamos olvidar el caciquismo, presente constantemente en las relaciones de amistades y clientelismo, y evidente durante las elecciones. En este caso existen dos caciques, uno liberal (Trampeta) y otro carlista y tradicionalista (Barbacana). La organización de las elecciones evoluciona mediante un tramado de alianzas, compra de votos y traiciones que incluso se reprimen con la muerte, como le sucede a Primitivo.
El último punto se refiere a las relaciones incestuosas. La primera, no demasiado llamativa, es el matrimonio de D. Pedro con su prima hermana Nucha. El segundo es el que pretende llevar a cabo D. Gabriel con Manuela, su sobrina, bajo pretexto de protegerla, darle educación y refinamiento y procurarle el cariño y bienestar del que carece en casa de su padre. El último y más llamativo es la relación que mantienen Perucho y Manuela creyendo que Perucho es hijo de Sabel y del Gallo; esto es un secreto a voces puesto que todos saben que no es así, pero nadie les saca de su engaño hasta que las intenciones de D. Gabriel provocan un drama, que terminará con la entrada voluntaria de Manuela en un convento y la partida de Perucho a Madrid donde le protegerá D. Gabriel.
Emilia Pardo Bazán, era aristócrata, vivió en un pazo y en la ciudad. Ciertamente conocía muy bien la vida en el campo, la de los nobles, los administradores, los campesinos y colonos. Debió conocer y diferenciar tanto la nobleza urbana como la rural. Su interés por su época la llevó a observar, explicar, escribir y denunciar aquello que consideraba nocivo para los españoles y para España. Una mujer adelantada a su tiempo, que combatía la discriminación de las mujeres y el atraso de España en sus costumbres, su constitución social y política. Ciertamente no fue la única que lo hizo puesto que formaba parte de una generación que, como ella, diseccionaba la sociedad y nos la mostraba a través de sus libros sin que sus creencias religiosas, filosóficas o políticas le impidieran aplicar las nuevas corrientes y técnicas literarias, ya fueran naturalistas, realistas, o costumbristas.
6-11-2021
Ruminaçao sobre "As mil e uma noite"
A propósio de livros que não acabamos de ler, há uns dias atrás, eu li que no Egito, querem prohibir a leitura de "As Mil e uma noites". Esta é uma obra que influio numerosos escritores europeus interessados, principalmente, no exotismo dela cultura oriental, cheia de acontecimentos estranhos; no entanto, eles esqueceram, ou talvez não quisseram ver que esta obra contem muitas mais coisas além disso.
O mesmo ocorre com "Dom Quixote" de Miguel de Cervantes; é difícil encontrar muitas pessoas que tenhan leido o livro do principio do fin, e o mais frecuente é que leiamos histórias -ou capítulos no caso de Dom Quixote- salteais. Numa grande parte das histórias aparecem homens e mulheres que apelam aos enredos e enganos para conseguir as suas finalidades; as mulheres recorrem aos seus encantos físicos e os homens são, generalmente, grosseiros e malvados; com frecuençia com a única intenção de sobreviver, tal e qual passa na literatura picaresca espanhola.
Tanto o livro Dom Quixote, como "As mil e uma noites", são obras que lemos várias vezes ao longo das nossas vidas. A primeira vez que o fazemos, costuma ser uma leitura obligatória nas escolas durante a nossa infância ou nossa puberdade, esta é a ração por qué não apreciamos la imensa riqueza do que lemos. A segunda vez é durante a nossa juventude, como eleição voluntária e pessoal, mas ainda sem os conhecementos da vida e do mundo suficentes para facilitar uma compreensão e apreciação total da leitura. E finalmente, a terceira leitura fazemo-la durante a maturidade, quando temos mais experiència e temos explorado a literatura do nosso tempo, e a compreensão leitora produz um grande prazer pessoal. Neste momento é quando desvela-se a estrutura do texto, aceita-se a obra tal qual é, e não julgamo-la, mas ao contrário, desfrutamos dela.
Talvez as alguns não tenhan superado o estado mental, intelectual e humano dela primeira leitura. Talvez esta seja a ração por qué tenhan decidido que não é uma leitura apropriada para a totalidade da população. Talvez, a sua propria imaturidade cause o desejo que a população fique no estado permanente de infantilidade e imaturidade mental.
(Fonte: "As mil e uma noite", Orham Pamuk. El País Semanal. 26/08/2007).
Sobre la literatura turca moderna
Como la mayoría de los españoles, no tomé conocimiento de la literatura turca hasta que Horham Pamuk obtuvo el premio Nobel en 2006 y es la razón por la que me gustaría hacer un pequeño comentario sobre una novela que creo que no está traducida al español. La estuve buscando durante algún tiempo sin resultado, pero afortunadamente, he tenido la posibilidad de su traducción del turco al francés.
Se trata del escritor Alí Sabbahattin, nacido en 1906. Publicó sus primeras historias en los años treinta en una revista cuyo secretario de redacción era Nazim Hikmet. No tardó en dedicarse a la observación realista y a la rebelión social en su país. Este escritor es uno de los fundadores de la literatura moderna en Turquía.
En 1940, Sabbahatin publicó El diablo que hay en nosotros" (o "El diablo que habita en nosotros"), en el que trata el universo intelectual y social que siguió a las reformas llevadas a cabo por Mustafá Kemal Atatürk. El relato se estructura partiendo de Majidé, una joven dividida y atormentada entre el amor de Omer (joven ansioso, idealista e influenciable) y Bedri (tolerante, reflexivo y republicano). A través de esta novela nos adentramos en los círculos de pequeño burgueses, intelectuales y, oficinistas de poca monta, de su miseria intelectual y fantasiosa. Majidé nos toma de la mano y nos enfrenta a la desaparición de valores, a la transformación de conceptos sociales y afectivos como son, el matrimonio y la amistad.
Asistimos a la desaparición de la idea de sociedad tradicional provocada por la modernidad europea impuesta en el interior de los países pertenecientes a su protectorado, o incluso sus colonias, en este caso en Europa, pero también en el Cercano Oriente y Oriente Medio en el que aún convivían fuerzas contrarias enfrentadas constantemente entre sí, sin que ninguna de ellas consiguiera realmente imponerse a la otra ni equilibrarse dentro de la convivencia. Sin embargo, es interesante comprobar cómo la modernidad no consigue poner fin a la miseria mental acorralada entre los valores antiguos y nuevos de corte occidentales y europeos.
A pesar de que en los primeros capítulos cuesta un poco entrar de lleno en el tema principal de la historia, Sabbahattin consigue devolvernos a la novela psicológica y nos adentra en las profundidades de la mente de sus protagonistas, principalmente en la de una joven que busca respuestas en sí misma a los acontecimientos que está viviendo. No olvidemos que la influencia europea a principios del siglo XX también tiene un corte importante de carácter político, sumamente apreciable en este país, pues de ella nació la figura de Atatürk. Sin embargo, no deja de sorprender que en aquella época sea precisamente una joven la que se cuestione a sí misma para averiguar el origen de sus acciones y su comportamiento de cada momento. El escritor le otorga una clarividencia que, quizá incluso en nuestros días y en Europa, no posean muchas jóvenes.
No es de extrañar que tras la publicación de esta novela, Sabbahatin fuera procesado y que, a pesar de ser absuelto, no saliera nunca del punto de mira de los ultra nacionalistas hasta ser asesinado en 1948 en la frontera con Bulgaria, cuando intentaba huir de Turquía.
("El diablo que habita en nosotros", de Alí Sabbahattin)
Publicado en el blog de Consuelo Triviño Anzola
(15-4-2010)
Asistencia a una charla
(Presentación de libros de literatura latinoamericana)
23 de abril de 2010
El pasado sábado 23 de abril y con la ocasión de "El día del libro", en la librería Iberoamericana, situada en la madrileña calle de las Huertas. Asistí a una interesante y amena charla animada por tres escritores iberoamericanos actuales. Debería haber asistido un cuarto, el cual desgraciadamente, no consiguió llegar por haberse quedado bloqueado en los aeropuertos europeos como consecuencia de los últimos acontecimientos aéreos internacionales. Estos escritores eran: Consuelo Triviño (Colombia), Juan Pablo Meneses (Chile), Juan Carlos Méndez (Venezuela) y Blas Matamoro (Argentino y ausente).
El tema de la charla era sobre los sitios virtuales y sitios reales por los que se desarrollan y se desenvuelven los escritores. Las ciudades en las que han vivido, las que han imaginado y en las que no han estado nunca, así como ciudades reales, pero de las que hablan o sobre las que escriben inspirándose más bien en sus recuerdos de infancia o juveniles, y que no corresponden con las ciudades reales.
¿Qué decir de Consuelo a la que todos conocemos y que cada día goza de un mayor reconocimiento y aceptación, y cuyos, ya numerosos libros, continúan conmoviéndonos e interesándonos?
Fue una grata sorpresa descubrir al escritor chileno Juan Pablo Meneses que nos deleitó con ideas, en mi opinión, originales e interesantes, por ejemplo la de emprender un viaje con un destino final que se tardar en alcanzar y que cuando, por fin se consigue, se descubre que la ciudad que se encuentra no corresponde en absoluto a la idea que nos habíamos formado de ella durante el viaje que, poco a poco, nos acercaba físicamente a ella. Este viaje nos iba enriqueciendo con experiencias nuevas, ideas nuevas, gentes nuevas, culturas nuevas y todo ello provocaba, al mismo tiempo, el alejamiento del imaginario personal respecto a la realidad geográfica que encontramos al llegar a la ciudad deseada.
La segunda idea fue la de afirmar que, en realidad, Ibero América no existe. Esto se debe a que la mayoría de los habitantes pasan parte de sus vidas inventándose una identidad diferente o viajando en su busca. Así, nos decía, los latinos sueñan, o consiguen emigrar a Europa o a España, más cercana por una historia pasada común y por el idioma de expresión. Pero también otra gran parte de habitantes que desea ir a EEUU, el paraíso del desarrollo. Y por último, están los que pasan tiempo buscando sus orígenes fuera del continente americano; se enorgullecen de que sus padres o sus abuelos fueran españoles, italianos, alemanes o de cualquier otra nacionalidad. Así pues, de todo esto, resulta una pegunta: ¿Qué es realmente Ibero América?
Muy interesante resultó la presentación de su último libro "Hotel España" pues es un libro de crónicas que escribió con motivo de la preparación del Bicentenario de la Independencia de Ibero América y lo construyó viajando a través de todo el cono sur hasta llegar a la ciudad de Méjico (DF) como punto final del viaje. Comenzó alojándose en un hotel llamado "Hotel España" y fue descubriendo que en todas las capitales había un hotel España de categorías variadas y variopintas, como si se tratase de una imagen deteriorada y decadente de la importancia e influencia de España en la Ibero América actual. Con ese mismo motivo; Meneses descubrió cómo la vida se detiene para aquellos que acostumbran a vivir en un hotel, pues todos los días son idénticos, no existe ningún elemento que informe del paso de los días o del tiempo. ¿Cómo podría ser diferente cuando cada día se ensucian toallas que al días siguiente continuarán impolutas en su lugar correspondiente en el baño; la habitación desordenada cada día, volverá a estar ordenada irremediablemente o el desayuno que será el mismo indefinidamente?.
No sería de extrañar que la mente y la psicología de estos inquilinos hoteleros fuera construyendo un universo uniforme, invariable y repetitivo día tras día, paralelo a la realidad cotidiana de la mayoría de los ciudadanos con puesto de trabajo estable y residencia estable en un único lugar geográfico.
Me gusta pensar que estas nuevas ideas, podrían aportar un acercamiento mucho más cercano entre los ciudadanos del mundo sin referencia exacta a un país determinado, y provenientes de diferentes lugares. Quizás sería posible construir una nueva nacionalidad muchísimo más amplia y abierta que la tradicional que todos conocemos, limitada a unas fronteras que dificultan el paso, la comunicación y el intercambio humano, cultural, mental y geográfico.